martes, 23 de junio de 2009

Entre la enfermedad y las noticias

En estos días de reposo forzado que he tenido que hacer, una de las pocas entretenciones es leer el diario y ver la TV... Por supuesto, después de unos buenos capítulos de cualquier cosa de GKC.

Y al cabo de estas semanas tengo dos ideas que me quedaron dando vueltas. (No quiero, aún, entrar en la polémica de la PDD, así que me quedaré con otras dos ideas tal vez igual de polémicas) La primera, dos lamentables casos mediáticos de sacerdotes (bueno, un sacerdote y un obispo) quienes traicionaron abiertamente su celibato. Y un reportaje que vi hace 2? semanas acerca de Jesucristo hecho hombre, o sea José Luis de Jesús Miranda, líder de la secta "Creciendo en Gracia"

Lo primero, el lamentable caso del sacerdote muy conocido en la TV ( que me perdone porque no tengo idea como se llama) a quien las revistas de farándula sorprendieron de romance en una playa y que se casó y creo que se hizo pastor de una iglesia separada, y los comentarios del presidente Lugo, ex obispo, quien reconoce haber tenido un hijo mientras tenía ese cargo (aunque niega las otras paternidades que se le atribuyen)

No voy a entrar a juzgar las debilidades de mis pastores. Dios sabe que si no me mantuviera "agarrada" de Él, sería capaz de errores y pecados muchísimo peores. Podría encontrar "un criminal atrapado bajo mi propio sombrero", como diría el Padre Brown. Pero lo que me molesta es la falacia que se esgrime para justificar lo injustificable:
"No es bueno que el hombre esté solo" dice el primero, y queda automáticamente absuelto por citar la Biblia. Y el ex obispo declara: "la Iglesia debería replantearse el celibato..."

Eso es lo que me molesta: ¿Por qué ninguno reconoce que fue débil y el sacerdocio le quedó grande? ¿Debería la Iglesia abolir algo porque ellos no fueron capaces de cumplirlo? Sería una gran solución abolir todas aquellas exigencias que nos molestan e incomodan... pero ¿Estaríamos siendo fieles a Cristo? ¿Sería lógico decir que un esposo no debe ser fiel a su esposa, sólo porque es difícil de cumplir? ¿Sería la estadística el único parámetro para definir si algo debe continuar o no?

Bueno, abolir el pecado es una de las cosas que ha logrado "Jesucristo hecho hombre"Miranda. Según él el pecado ya no existe. (No sé cómo llama él al mal que hay en el mundo... o en su propio corazón) Este líder delirante digno del mejor de los centros de tratamiento psiquiátrico, no me llamaría mayormente la atención si no fuera por su errático discurso (antes era Cristo, ahora es el Anticristo) y porque ¡¡Hay personas que lo siguen!!! Y le creen todo lo que dice, sin tomarse ni la más mínima molestia de hacer una comprobación antes de seguirlo. Por lo menos a mí se me ocurre una muy simple. Lanzarlo contra una muralla y ver si su cuerpo glorioso es capaz de traspasarla. ¿Muy violento? Consideren que antes se me había ocurrido crucificarlo y esperar al tercer día.. ¡Dios me perdone la blasfemia!!

En fin, que algunos creen que locos como JLDJM no tendrían espacio si la Iglesia fuera más livianita, y exigiera menos, y todo se redujera a divagaciones bucólicas acerca de "lo bueno que es ser bueno". Lamentablemente esa visión gana cada día más terreno en nuestra Iglesia... Jesús con una cruz de bolsillo, sin exigencias.

Pero... ¿está realmente ahí la solución? ¿No será que lo que se gane en cantidad se pierda en calidad? Y nos transformemos todos en discípulos mediocres demasiado autoindulgentes y con la justificación permanentemente en la boca, preparada para nuestras eventuales caídas?

El Señor ha podido constatar claramente en estos últimos días lo cobarde y débil que soy. No pretendo ser más que nadie! Pero ojalá no se quite de delante de mis ojos la imagen de tantos santos conocidos o anónimos que han pasado por mi vida. Después de conocerlos... uno no puede dejar que le gane la cobardía!!!

Recomiendo como ejercicio que cada uno revise esos santos que han marcado su vida. Dios sabe por qué los pone en nuestro camino.
Y repasemos también aquellos que han pasado por nuestra vida y que han sido sólo ejemplo de debilidad. No para juzgar, sino para pedir al Señor misericordia... por ellos y por nosotros, que hemos sido tan malos constructores de nuestra querida Iglesia.

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